domingo, septiembre 12, 2010

Libro de La Corregidora con fallas históricas

Doña Josefa y sus conspiraciones, que distribuye el gobierno de Querétaro a través de la Secretaría de Educación; cuenta con incongruencias en datos y fechas


Querétaro | Domingo 12 de septiembre de 2010Juan José Arreola/corresponsal | El Universal
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"Me llamo Josefa, soy criolla y me peino de chongo. Por mis ideas me llamaron conspiradora. Luché por la independencia y no me explico por qué hoy me encuentro atrapada dentro de un billete de cinco pesos".
Con este párrafo inicia el libro ilustrado "Doña Josefa y sus conspiraciones" que distribuye de manera gratuita el gobierno de Querétaro, a través de la Secretaría de Educación.
La edición, que consta de 20 mil ejemplares, se estará entregando durante este año "a todos los municipios del estado para difundir y preservar nuestra memoria histórica", afirma el gobernador del estado, José Calzada Rovirosa, en la introducción.
El libro, en formato horizontal, fue impreso como parte del programa editorial para las conmemoraciones de los festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución.
Las anécdotas y hechos que se narran en el texto están basados en las cartas de Josefa Ortiz de Domínguez dirigidas al virrey Félix María Calleja y en los testimonios de Lucas Alamán y José María Luis Mora.
Ahí se consigna que el mensaje que envió Josefa Ortiz, de que la conspiración de Querétaro había sido descubierta, llegó a su destino la madrugada del 16 de septiembre de 1810, aún cuando el mensajero -Ignacio Pérez- partió a San Miguel el Grande en el transcurso del 13 de septiembre.
"Ignacio Pérez obedeció mi orden de cabo a rabo. En cuanto vio un caballo ensillado frente a una barbería, lo montó y cabalgó sin tregua dieciséis leguas hasta San Miguel el Grande".
Es decir, recorrió esa distancia, que equivale a 80 kilómetros, en alrededor de 72 horas, a pesar de que la antigua medida (la legua), se sustentaba en la idea de que era la distancia que se podía recorrer, a caballo, en una hora.
El texto cita también que la conspiración fue descubierta a raíz de haberse encontrado pólvora en la casa de los hermanos Gómez, quienes formaban parte de la misma.
"La mañana del 13 de septiembre me horroricé. ¡Hasta se me cayó la peineta del susto! Recibí la funesta noticia de boca de mi esposo: habían encontrado pólvora escondida entre los costales de harina de la tienda de los hermanos Gómez. Ellos solían acudir a las reuniones secretas de mi casa ¿Nos delatarían?".
Sin embargo, los pasajes de la historia que hasta ahora se conocen de ese episodio, no hacen referencia a los hermanos Gómez.
Quienes trabajaban en la elaboración de las armas para los conspiradores eran los hermanos Emeterio y Epigmenio González Flores, quienes fueron denunciados por un espía infiltrado en la conspiración.
Por consecuencia, el Corregidor, Miguel Domínguez Trujillo -que también formaba parte de la conspiración- tuvo que asumir la responsabilidad de ordenar su captura.
En las instalaciones de la Casa Consistorial que habitó el Corregidor Domínguez y su esposa, y que hoy es la sede del gobierno de Querétaro, se conserva una peineta que le perteneció a Josefa Ortiz.
Está en una vitrina, justo en el sitio en donde dio la señal a Ignacio Pérez para que informara que habían sido descubiertos.
La placa que destaca está colocada sobre el piso para indicar que fue ahí donde Josefa Ortiz dio los 3 taconazos. Sin embargo, de acuerdo al mapa de la casa, la habitación del alcaide Ignacio Pérez se encontraba a un lado, por lo que el aviso tuvo que ser sobre la pared.
niz

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