Vídeo: Conventos de Vergüenza. Documental filmado por Christopher Weber acerca del famoso caso de los conventos de las hermanas de Magdalena en Irlanda del Norte. Uno de los mejores documentales que retrata el brutal maltrato de esas monjas hacia las chicas -madres solteras, chicas “rebeldes” o jóvenes pecadoras por haber sido violadas-, que eran encerradas de por vida, separadas de sus familias y condenadas al olvido, víctimas inocentes de una sociedad irlandesa puritana y de la piara de cerdos y zorras (con perdón para el reino animal) con sotana que convirtieron su vida en un infierno. El último convento de la Magdalena cerró en 1996, apenas dos años antes de la producción de este documental.
Recientemente también se filmó una película sobre el tema: “Las hermanas de la Magdalena” (video inferior)
Abusos sexuales “endémicos” en las escuelas católicas de Irlanda en los años 30
Fuente: RTVE.es
Recientemente también se filmó una película sobre el tema: “Las hermanas de la Magdalena” (video inferior)
Abusos sexuales “endémicos” en las escuelas católicas de Irlanda en los años 30
Fuente: RTVE.es
Los abusos sexuales fueron un problema “endémico” en las instituciones para menores dirigidas por la Iglesia católica a finales de la década de los treinta, según se afirma en una investigación publicada en Irlanda por una comisión de investigación dirigida por el juez Sean Ryan, que denuncia el “silencio” de los líderes religiosos.
“El abuso sexual fue un problema endémico en las instituciones infantiles”, aseguran los autores del informe, que se ha dado a conocer después de nueve años de trabajo y miles de víctimas entrevistadas.
“Los líderes religiosos saben que el abuso sexual es un problema en las instituciones religiosas masculinas“, se indica en el informe, de 2.500 páginas.
La investigación acusan a la Iglesia católica de “no escuchar a las personas que se quejaron de abuso sexual ocurrido en el pasado o las denuncias de falta de agua, a pesar de las pruebas en las investigaciones policiales, condenas penales o de los testimonios personales”.
“Eran auténticos gulag”
Según una asociación de víctimas de acoso infantil, algunas de aquellas instituciones ascendían al nivel de los “gulag” y denuncian que los niños más vulnerables “eran tratados como esclavos”.
“Estos lugares no eran hogares de ayuda“, afirma John Kelly, coordinador de la organización de supervivientes de abuso sobre los niños (SOCA), que describe cómo los responsables “a veces obligaban a los niños a fabricar sus propios instrumentos de tortura”.
“Eran auténticos ‘gulags’ y la mayoría eran autosuficientes. Los niños eran alquilados a los agricultores como esclavos“, dice Kelly, a raíz de la publicación del informe sobre los abusos. La mayoría de las víctimas eran jóvenes en circunstancias difíciles, a menudo huérfanos o delincuentes, que llegaban de hogares de reeducación, orfanatos y otras instituciones, ya cerradas.
“Fabricábamos nuestros propios instrumentos de tortura”
Kelly estuvo en una institución ubicada en un antiguo cuartel militar británica en el centro de Irlanda. “Tenía paredes de 10 metros de espesor. Se trataba de una guarnición militar y como estaba en buen estado, utilizaron las celdas para los niños. No utilizaban nuestros nombres, eramos números”, ha explicado Kelly. “Yo no era John Kelly, era el número 253, una cifra que recuerdo cada día”,continuó.
“Nos llamaban residentes, pero los residentes no eran arrastrados fuera de la cama para ser azotados desnudos en medio de la noche. No tenían que levantarse a cualquier hora para trabajar con los agricultores, cuyo dinero iba a parar a órdenes religiosas y al Estado
“, ha añadido. “Confeccionábamos nuestra propia ropa y zapatos y no teníamos acceso a los alimentos procedentes de las explotaciones para las que trabajabamos, a la que sí tenían acceso los hermanos y sacerdotes”.
“Fabricamos el martillo con el que nos golpearon y algunas religiosas eran tan diabólicas que tuvimos que coser monedas de tres centavos en los cinturones, para que fueran nuestros propios instrumentos de tortura“, dice Kelly.
Decenas de miles de niños afectados
Kelly cree que muchas de las víctimas se sienten “engañadas y traicionadas” porque el informe “se limita a reconocer el abuso infligido de manera generalizada y creen que el Estado podía haber hecho más para proteger a los niños“.
“Creo que el informe ya es un logro, pero las heridas siguen abiertas por la sencilla razón de que los problemas no se gestionan adecuadamente y todavía no se han publicado los nombres de los responsables“, finaliza Kelly.
Se calcula que entre 30.000 y 40.000 niños pasaron por estas instituciones desde finales de la década de los treinta.
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