viernes, octubre 14, 2011

Un obispo católico de EU, acusado de no denunciar pedofilia


Robert Finn, de la diócesis de Kansas City-St. Joseph (Missouri) es el cargo más alto de la jerarquía católica estadunidense inculpado por este delito
Washington DC -Baltimore  • El obispo de la diócesis de Kansas City-St Joseph (Missouri, centro), Robert Finn, está acusado de no haber denunciado un caso de pedofilia por el que está acusado un sacerdote, según se supo hoy por una fuente judicial.
El obispo, inculpado junto a la propia diócesis, es el cargo más alto de la jerarquía católica estadunidense en ser acusado por un caso de pedofilia, según escribió el diario Kansas City Star. En un comunicado de prensa el obispo y la diócesis afirmaron "declararse no culpables", añadiendo que "el obispo desmiente toda acción criminal (...) y se defenderá con todo el vigor".
El responsable católico, quien dirige una diócesis de 134 mil miembros, está acusado de haber intentado cubrir durante cinco meses los comportamientos de un sacerdote de su diócesis, Shawn Ratigan, que ofició desde junio de 2005 hasta el mismo mes de 2009, y a quien la justicia persigue por posesión de imágenes pornográficas.
Ratigan, de 45 años, fue acusado por un gran jurado en agosto de trece cargos de producción, intentos de grabación y posesión de pornografía infantil, en un caso en el que las víctimas van desde los dos a los doce años y, a veces, fueron filmadas mientras dormían.
Según el gabinete Rebecca Randles de Kansas City, que son los abogados de una niña y de su padres que actúan como parte civil, el sacerdote guardaba en su ordenador centenares de imágenes de niñas pequeñas, desnudas o vestidas, en poses "sexualmente explícitas" y las había difundido por internet.
Las imágenes fueron descubiertas durante una operación de mantenimiento del ordenador por un técnico que le comunicó lo que encontró al responsable de la parroquia. La información fue escalando durante cinco meses por diferentes niveles hasta llegar a lo más alto de la jerarquía de la diócesis, sin que el caso fuera transmitido a la policía, como contempla la ley.
Por el contrario, según la parte civil, los responsables eclesiásticos "urdieron un plan para ayudar a Ratigan a ocultar que recibía y distribuía pornografía infantil". Destruyeron el ordenador para evitar que la policía encontrara pistas de los mensajes enviados, mintieron y proporcionaron informaciones suavizadas.
Por su parte, el obispo afirma en su comunicado "haber cooperado en todos los estadios con la policía y la justicia".