martes, julio 11, 2017

Caso Lesvy = suicidio + androfobia

POR  EL
Profesor UAM-Xochimilco y UPN-Ajusco
El pasado jueves 06 de julio, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) emitió un comunicado de prensa (s/n) a través del cual hace de nuestro conocimiento dos cosas, básicamente: a) que el fallecimiento de la joven Lesvy Berlín Osorio Martínez, de 22 años de edad, se trató de un suicidio, siendo la causa de la muerte asfixia por ahorcamiento; y b) que el miércoles 05 de julio, el Ministerio Público solicitó orden de aprehensión en contra de la pareja sentimental de Lesvy, joven de 29 años de edad, de nombre Jorge Luis González Hernández, misma que ya fue otorgada y cumplimentada, habiendo sido ingresado el imputado en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente.
La Procuraduría capitalina cree tener información suficiente como para poder determinar la mecánica de hechos, así como la probable responsabilidad del imputado. Veamos.
“De la investigación ministerial se desprendió que el día anterior a los hechos, la víctima se encontraba dentro del campus universitario, en compañía de un grupo de personas conviviendo, del cual se separó horas después junto con su pareja sentimental”, dice la Procuraduría.
¿Conviviendo? ¿Así, no más? ¡Vaya, cualquier se imaginaría, pues, un inocente picnic con emparedados de jamón, refrescos gaseosos y pastelillos de chocolate! ¿Alcohol? ¿Drogas? ¿Factores de riesgo? ¿Factores criminógenos? No, nada de eso refiere la Procuraduría en su comunicado, no obstante que, por las peculiaridades de tiempo, lugar y modo, y por los antecedentes mismos del caso, resultaría hasta obligado que la Procuraduría nos diera más detalles idóneos al respecto.
En la parte medular del comunicado, dice la Procuraduría: “Aproximadamente, a las cuatro de la mañana se ubicaron a un costado del Circuito Escolar, en donde, por imágenes obtenidas de las cámaras de video-vigilancia del campus, pudo apreciarse una discusión entre ellos, suscitada momentos antes de que la víctima se colocara alrededor de su cuello el cable de la bocina de la caseta telefónica y se deslizara dejándose caer; de tal modo que la gravedad y su peso, provocaron la asfixia y como consecuencia la pérdida de su vida, hechos que sucedieron en presencia de su acompañante, quien no lo evitó cuando le fue posible hacerlo”.
A ver, a ver, a ver… ¿Las cámaras de video-vigilancia del campus demuestran de igual manera la discusión de la pareja, el suicidio de Lesvy y la pasividad del novio? ¿Por qué el comunicado de la Procuraduría no distingue cada etapa, cosa que resulta esencial en la descripción de la mecánica de hechos?
Mi hipótesis al respecto: los videos en poder de la Procuraduría sólo demuestran la discusión de la pareja, no el suicidio de Lesvy, ya que, de haber demostrado el suicidio, el caso se hubiera resuelto de inmediato tras el análisis de los videos, y no fue así.
Mi hipótesis: los videos demuestran sólo la discusión de la pareja, no el suicidio de Lesvy y menos la inacción de auxilio por parte de su novio. Mi hipótesis: el suicidio se demostró sólo a través de los 25 exámenes periciales practicadosmientras la omisión del novio de Lesvy es pura especulación androfóbica y misándrica por parte de la Procuraduría de la Ciudad de México.
¿Será que la Procuraduría actúa bajo presión de los grupos feministas? ¿Será que, de todos modos, la Procuraduría busca un “chivo expiatorio” para darles gusto a ciertos grupos sectarios? ¿De veras la Procuraduría tiene elementos que incriminen directamente al novio de Lesvy o trampeó la acción penal contra éste?
Pregunta de paso: ¿de qué carajos sirve el servicio de vigilancia de la UNAM, si puede haber gente “conviviendo” a altas horas de la madrugada, dentro del campus universitario, sin que ello amerite un rondín, al menos un rondín?
Para completar el cuadro, dice la Procuraduría capitalina en su comunicado: “Con todos los datos de prueba reunidos y su análisis respectivo, se acreditó la existencia del delito de homicidio simple doloso; toda vez que el acompañante de la víctima tuvo la posibilidad de evitar su deceso, incurriendo el imputado en la autoría de la hipótesis de comisión por omisión, debido a que tenía la obligación jurídica de impedirlo, toda vez que aunado a la alteración psicofisiológica en la que se encontraba la víctima previo al deceso, generó violencia, como se tiene acreditado, además de que tenían una relación de pareja, por lo que existían las circunstancias y tenía la obligación de evitar que la víctima se privara de la vida y no lo hizo”.
¿Qué? ¿Cómo? ¿De veras eso concluyó la Procuraduría? ¿De veras “se acreditó la existencia del delito de homicidio simple doloso” por parte de Jorge Luis González Hernández, pareja sentimental de Lesvy?
¡Ah, caray! Y, para llegar a esa conclusión, ¿cómo le habrán hecho los funcionarios de la Procuraduría? ¿Acaso estuvieron presentes en el lugar de los hechos cuando éstos ocurrieron? Es obvio que no. ¿Acaso existe un video que haya captado nítidamente la escena del suicidio y de la pasividad del imputado? Yo no lo creo, a manera de hipótesis, por las razones esgrimidas con anterioridad.
Hay que insistir: ¿cómo, entonces, concluyó la Procuraduría que el novio de Lesvy fue omiso? ¿Hubo testigos en la escena del deceso? Nunca se dijo algo así desde el inicio de las indagatorias. ¿Confesión por parte del propio novio de Lesvy? Sería inverosímil, ya que nadie está obligado a declarar en su contra. Debe ser descreída cualquiera confesión obtenida en este sentido: habrá de presumirse tortura, amenaza o intimidación.
A mi juicio, la Procuraduría capitalina actuó de forma deficiente a objeto de darles gusto a las sectas feministasque, desde un inicio, se montaron en el caso, proclamando “feminicidio” a los cuatro vientos.
Mi hipótesis: con respecto a la acción penal contra el novio de Lesvy, la Procuraduría capitalina fue contaminada por la androfobia y la misandria inherente a las organizaciones sectarias que ejercieron presión desde un inicio.
Como sea, la Procuraduría tenía que darles gusto, como en el circo romano. Y como la Procuraduría no pudo inculpar al joven Jorge Luis González Hernández por “feminicidio” (figura jurídica de suyo aberrante), entonces lo inculpa por “homicidio simple doloso”, aunque para ello tenga que forzar la realidad en grado extremo: la realidad parece irreal.
Para finalizar, les dejo la liga electrónica del referido comunicado de la Procuraduría. Una pieza más para descreer de nuestras instituciones de procuración de justicia en la Ciudad de México:
Fuente: http://www.elarsenal.net/2017/07/10/caso-lesvy-suicidio-androfobia/