jueves, marzo 01, 2012

Las 10 mujeres más malas de la historia


Nadie las creía capaces, pero hicieron hasta lo inimaginable. Estas son verdaderas féminas asesinas
Por: Ángeles Pino 1 de Marzo, 2012 | 18:30




¿Hasta dónde crees que pueda llegar la maldad de algunos? Con episodios inimaginables, que parecerían ficción, la historia de crímenes se va desarrollando. La realidad de los asesinos en serie sale a la luz y nos deja perplejos.
Tal como las historias de estas mujeres, de quienes sus expedientes están llenos de maldad. ¿Quiénes son y qué hicieron? Con información del sitio web urbantitan.com, estas son las mujeres más malas de la historia, las verdaderas mujeres asesinas.
1. Katherine Knight. Acabas de leer el nombre de la única mujer que tiene cadena perpetua en Australia. Desde el año 2000, Katherine se encuentra recluida, acusada de asesinato. Pero no cualquier tipo de asesinato, a la australiana se le compara con Hannibal Lecter.
La historia de violencia comienza desde el primer matrimonio que tuvo, donde trató de estrangular a su marido, porque se quedó dormido después de tener sexo en la noche de bodas.  En su segunda relación amorosa, los celos la dominaron y mató, cortándole el cuello, al perro de su pareja para demostrarle de lo que sería capaz. Esa relación acabó, se vio involucrada en una más, la última.
Katherine ahora estaba con John Price, quien no se imaginaba que su compañera sentimental acabaría con su vida. La noche del 29 de febrero del 2000, la mujer tomó un cuchillo de carnicero y apuñaló 37 veces a su "amor"; a John no le dio tiempo ni de correr.
Katherine nunca explicó las causas que la llevaron a cometer el sangriento asesinato, pero tiene un amplio historial psiquiátrico, aunque según los estudios, estaba lúcida cuando mató.
El blog  "thewomanwhokil" anunció también que su abogado ha solicitado una revisión del caso para que le quiten la cadena perpetua.
2. Elizabeth Bathory. Aristócrata, pertenecía a una de las familias húngaras más poderosas. Vivió de 1560 a 1614, y fue conocida como "La Condesa Sangrienta". A ella se le atribuyen 616 asesinatos de mujeres, lo que la hace llevarse el récord mundial de asesinatos seriales que ha hecho una mujer, explica helektron.com.
Todo inició cuando tomó a sus doncellas y las forzaba a tener relaciones sexuales con ella, luego les clavaba alfileres para que ellas sufrieran y ella se divirtiera. Su obsesión por hacer esto la llevó a conseguir una corte que le ayudaba conseguir chicas del pueblo para su placer.
Más adelante, un "accidente" la llevó a "descubrir" que la sangre de las féminas la hacían permanecer joven. Entonces creó una especie de laboratorio donde les extraía la sangre a las mujeres mientras ella se bañaba con ellas.
Los alrededores de donde vivía la condesa empezó a quedarse sin población de mujeres jóvenes, así que los rumores empezaron a correr y ella fue descubierta. A pesar de que pidió ayuda a su familia, Elizabeth Bathory fue condenada a vivir recluida de por vida en un cuarto que sólo tenía una pequeña rendija para pasarle comida y otra para respirar. Su séquito fue condenado a la hoguera.
Tres años después de su arrestó, murió; el 21 de agosto de 1614, pasando los cincuenta años. 

3. Mary Ann Cotton. Cuando tenía 16 años se casó con William Mowbray, con quien tuvo una hija que murió a los 4 años de fiebre gástrica. Luego tuvo otra hija y decidió asegurar a toda su familia para no pasar por lo mismo que con su primera hija. Y "tenía razón", su hijo John William falleció al poco tiempo de lo mismo que su hermana. Cuatro meses después, su marido murió de lo mismo.  Siguió la muerte de Mary Jane, su segunda hija, y de otra más pequeña.
Después tuvo un segundo matrimonio, del que terminó quedándose viuda por las mismas razones: fiebre gástrica. Se casó por tercera vez con James Robinson, viudo con tres hijos y con quien tuvo dos más. Murieron cuatro de ellos, y la pareja se separó.
Se casó de nuevo. Esta vez con Frederick Cotton, con quien tuvo un hijo. Los dos murieron. Así como hijastros y un amante. 
El motivo de Mary Ann era el dinero, cobrar el seguro, por eso acabó con la vida de entre 18 y 21  personas, siendo 15 de estas, parte de su familia. Al final fue encontrada culpable y sentenciada a morir en la horca, así que fue colgada en 1873, publica hoymujer.com.
4. Irma Grese. "La nazi condenada" fue una mujer que trabajó como cadenera en uno de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Los prisioneros la apodaban "el ángel de la muerte", "la perra de Belsen" o "la bella bestia". Una de las más crueles criminales nazis. A su cargo tenía a más de 30 mil mujeres judías, en su mayoría polacas y húngaras.
A Irma se le acusó de crímenes contra la humanidad, pues, según el blog "elsecretodezara",  cuando era supervisora, se encargó de acabar con la vida de cientos de mujeres, pues golpeaba de manera brutal a las reclusas, con un látigo. Cualquier pretexto era bueno para hacerlo, y muchos de esos ataques terminaban en muerte.
Se cree que mataba alrededor de 30 personas a diario, pues también seleccionaba a quienes irían a las cámaras de gas. Asimismo, con un grupo de perros entrenados, atacaba a los internos. Tanto métodos psicológicos como físicos utilizó para torturar y asesinar.
En septiembre de 1945, fue capturada por los ingleses, así que fue sometida a juicio donde fue condenada a morir en la horca. Su vida terminó el viernes 23 de diciembre de ese mismo año. Tenía 22 años.
5. María I de Inglaterra. Conocida como María Tudor, fue la tercera mujer en acceder al trono, la cuarta monarca de la dinastía Tudor. Hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, después de que su padre se casara con Ana Bolena, decidió inclinarse por la fe católica de su madre, así que fue la reina que decidió derrocar todas las reformas religiosas que su padre había introducido y someter a todos los ingleses al catolicismo.
Con el apoyo del cardenal Reginal Pole, condenó a casi 300 personas que no eran católicas, a morir en la hoguera. De ahí que a ella se le llamara "la sangrienta María", explica historiang.com.
6. Belle Gunness. Se casó con Max Sorensen, quien falleció al poco tiempo dejándole un seguro de vida y dos hijos que también fallecieron. Así que Gunness se mudó a Indiana, donde abrió algunos negocios que misteriosamente se quemaron.
Se volvió a casar, pero su esposo murió "accidentalmente", resbalándose y dándose un golpe mortal. Ella cobró el seguro. La "viuda negra" había nacido, ya que cuando se dio cuenta que sus matrimonios le dejaban dinero, decidió poner un anuncio que decía: "Viuda, rica, atractiva, joven y dueña de una granja busca esposo".
Al anuncio respondieron alrededor de 14 hombres adinerados. Ella contrató a un hombre para que le ayudara en la granja y quien también era su amante. Un día, la granja se incendió; los vecinos dicen que vieron a un hombre correr, alejarse del lugar, con lo que se confirmaba que el accidente había sido planeado.
Adentro de la granja se encontraron los cuerpos de todos esos hombres que habían respondido al anuncio, así como los de sus hijos, pero no se encontró el cuerpo de ella, publica ciberanika.com
Pasando el tiempo, se dio con el hombre que lo inició y fue arrestado y condenado a 21 años de prisión. Él confeso cómo ayudó a Belle a cometer asesinatos y esconder cuerpos. De ahí que se encontraran cuerpos desmembrados, asesinados con golpes y con arsénico en el estómago.
A ella se le buscó por todos lados, pero sin resultado alguno. En 1932, una mujer llamada Esther Carlson fue acusada de asesinar a su esposo con arsénico, tal como había muerto el primer marido de Belle. Así la policía la encontró y se le acusó de más de 20 muertes y fue condenada a muerte. Así se ganó el apodo de la mujer más peligrosa de los Estados Unidos.
7. Beverley Allitt. Durante 59 días, entre  febrero y abril de 1991, en el hospital Grantham y Kesteven, Lincolnshire, Inglaterra, trabajó una enfermera que "odiaba" a los niños.
En sus manos murieron cuatro infantes, pues la mujer les inyectaba insulina o cloruro de potasio. Pero ellos no fueron los únicos que sufrieron, pues bajo el título de enfermera pediátrica, Beverley realizó heridas a otros niños que estaban bajo su cuidado.
El personal médico empezó a tener sospechas y llamó a la policía. Ella fue capturada infraganti, ya que era la única enfermera en servicio durante los ataques; además de que tenía acceso a los medicamentos.
En mayo de 1993 recibió 13 condenas a cadena perpetua por sus crímenes. Y  ahora se encuentra en el Hospital Rampton Secure en Notthinghamshire, porque se cree que es un peligro para cualquiera.

8. Gertrude Baniszewski. En juilio de 1965, los señores Betty y Lester Linkens, quienes trabajaban en una feria ambulante, pidieron a Gertrude Baniszewski, cuidar de sus hijas mientras ellos viajaban de trabajo. Ella aceptó.
Sylvia Marie Likens de 16 años y Jenny Faye Likens de apenas 15 años, eran las hijas de la pareja, a quienes Gertrude cuidaría por 20 dólares a la semana.
Todo iba bien, las jóvenes iban a la escuela con los hijos de Gertrude y la acompañaban a la iglesia, pero cuando el dinero de los padres se empezó a retrasar, la mujer enfureció y mandó a las niñas al sótano, donde las inclinó sobre la cama y las golpeó. Tan sólo el inicio de lo que sería su peor pesadilla.
Gertrude agarró un especial odio hacia Sylvia y reunió a vecinos jóvenes, para maltratarla. La mujer le apagaba cigarrillos en su cuerpo, la golpeaba con una paleta y cuando se cansaba, le ordenaba a su hija Paula Baniszewski que lo hiciera, o hasta a la propia Jenny.
El novio de Paula solía aventarla y hacer que esta cayera en el piso, una vez la aventaron de las escaleras y perdió la conciencia durante dos días. Las torturas iban desde maltrato psicológico como golpes, quemaduras,  violaciones con objetos, limitación de comida. Incluso, con una aguja y sin ningún tipo de anestesia, le escribió en el estómago y abdomen de ella: "Soy una prostituta y estoy orgullosa de serlo". Esto con la ayuda de sus hijos. Después planeó su muerte, quería deshacerse de ella tirándola en un basurero cuando estuviera desfallecienda.
El 26 de octubre se dieron cuenta que Sylvia ya no respiraba, murió de desnutrición, shock y hemorragia cerebral.
Richard Hobbs, uno de los vecinos dio aviso a la policía, cuando éstos llegaron, Jenny soltó el llanto y les pidió la sacaran de allí para contarles todo. Así, Gertrude, sus hijos y vecinos fueron arrestados, dice el blog "cronicas-psycho".
9. Myra Hindley. A mediados de la década de los sesenta, una serie de asesinatos empezaron a ocurrir en el área de Manchester en Gran Bretaña. El responsable era un hombre llamado Ian Brady, junto con su novia, Myra Hindley; cometieron secuestros, torturas, abusos sexuales y asesinatos.
En 1966, los condenaron a cadena perpetua por matar a cuatro niños, pero en 1987 confesaron dos asesinatos más. Ian, al principio, se había echado toda la culpa; y ella, sin remordimientos, dijo que sí, que él era el culpable de todo.
Ian se sintió traicionado y relató a detalle cómo habían cometido los asesinatos, así que eso convirtió a Myra en la mujer más odiada de Gran Bretaña. Murió dentro de la cárcel en 2002, cuando tenía 60 años. Mientras tanto, Brady sigue internado en un psiquiátrico.

10. Marybeth Tinning. Casada con Joe Tinning, formaban una familia con hijos que era respetada por su comunidad. En diciembre del 71, la pareja anunció el nacimiento de Jennifer; una niña que murió aún estando en el hospital.
Ellos parecían consternados y los amigos también, pero apenas empezaba el problema. 17 días después de la muerte de Jennifer, Joseph, su hijo de dos años murió.  En 1972, el 2 de marzo, su hija Bárbara, de cuatro años, también falleció.
Los Tinning se habían quedado sin hijos.  Pero nueve meses más tarde, Marybeth anunciaba el nacimiento de un hijo más, quien moriría catorce días después de nacer. Las muertes eran atribuidas a causas naturales, pero la gente empezaba a sospechar que algo raro estaba pasando o ¿era una especie de maldición?
Año y medio después tendrían un quinto hijo que murió el 2 de septiembre de 1975. Ante las sospechas, se hicieron diferentes pruebas pero no se encontraba nada que estuviera fuera de lo normal.
Pasaron 3 años y Marybeth no había tenido más hijos, hasta que llegó Mary Frances, quien murió a los 3 meses y medio. Se dieron una oportunidad más y tuvieron a Michael, quien murió en 1981.
Pero, aquí la muerte era todavía más inexplicable, porque suponiendo que sus hijos morían por algún gen maligno, Michael no podía morir así porque era adoptado. Él falleció de neumonía viral.
Con tantas muertes había muchas sospechas por lo que fueron exhumados los cuerpos de los hijos de la pareja, pero no se encontró nada malo. Pasaron 3 años y MaryBeth quedó de nuevo embarazada. Cuatro meses después, la hija murió.
La más sospechosa era Marybeth, pero seguía sin encontrarse pruebas contra ella. Sin embargo, detectives a cargo del caso, sometieron a la mujer a un exhaustivo interrogatorio, donde confesó haber matado a tres de sus hijos.
Fue arrestada y acusada, pero un mes después salió de la cárcel bajo fianza. Sin embargo, su caso se reabrió y con la confesión detallada de la muerte de su hija Tami Lynn, fue condenada a 20 años de prisión.

Tatuajes que pueden salvar vidas

 

Usados durante mucho tiempo solo por motivos estéticos, cada vez más, los tatuajes están cumpliendo una función vital : informar a los servicios médicos de que el paciente tiene algún tipo de enfermedad crónica o alergia.

En Estados Unidos , se ha observado la creciente popularidad de este tipo de mensajes en la piel, como por ejemplo "Diabético. Tipo 2", acompañados de adornos usuales en los tatuajes, como tribales o un corazón.

Durante muchos años, las personas que tomaban este tipo de precauciones , han usado pulseras o colgantes, pero ambos tenían el inconveniente de que con el tiempo se rompen o son perdidos.

 "Son especialmente prácticos para aquellos que trabajan en lugares en los que no está permitido portar colgantes", explica a BBC Mundo Barb Wagstaff , fundadora de la asociación canadiense Diabetes Advocacy. "En esos casos los trabajadores se sienten más seguros", continúa.

Algunos tatuajes informan que el portador padece algún tipo de alergia, como a la penicilina. Otros precisan que la persona no quiere recibir algún tipo de tratamiento como la cuestionada reanimación cardiopulmonar. Wagstaff afirma que en los últimos seis años ha visto a más gente usando este tipo de tatuajes y que tanto adolescentes como personas de más de 50 o 60 años los llevan.

El doctor Aldasouqui, un endocrinólogo citado por la agencia británica Press Association recomienda que los profesionales médicos aprovechen esta tendencia para dar consejos sobre cómo deben ser empleados.

Aldasouqui explicó que sería útil por ejemplo que los tatuajes siguieran unos mismos patrones y que se ubiquen siempre en la misma zona del cuerpo.
Por lo general, quienes portan este tipo de tatuajes lo hacen en los brazos o en el pecho.

En su protocolo de actuación, los profesionales de emergencias siempre deben buscar información sobre las enfermedades del paciente y sus preferencias de tratamiento, y buscan cualquier tipo de brazalete, colgante o tatuaje.