lunes, diciembre 28, 2009

Cómo engañar a nuestro cerebro




El experimento Ganzfeld: este experimento consiste en la emisión de ruido blanco o estático por ejemplo con una radio mientras se tienen la mitad de una pelota de ping pong colocada encima de cada ojo. reclinado en un diván o cama. En pocos minutos se comienza a experimentar una extraña distorsión sensorial que a algunos sujetos le hacen ver caballos trotando entre las nubes y a otros escuchar la voz de parientes fallecidos.





El increible dolor menguante: El pasado mes, investigadores de la Universidad de Oxford, anunciaron el descubrimiento de un nuevo y poderoso analgésico: unos binoculares invertidos. Estos instigadores comprobaron que cuando una persona miraba su mano herida por el extremo contrario de los binoculares y verla más pequeña hacía que el dolor disminuyera de igual manera. Esto demuestra que sensaciones como el dolor son moduladas por lo que vemos.






La ilusión de la mano de goma: el primer paso sonsiste en ocultar nuestra propia mano en el interior de una caja o debajo de la mesa de manera que no podamos verla. Tras esto debemos situar sobre la mesa una mano falsa de tal forma que, desde nuestro punto de vista, parezca que es nuestra mano. Un compañero tocará a la vez nuestra mano y la falsa en el mismo punto. Tras unos minutos sentiremos que la mano falsa se ha convertido en nuestra mano real. Si nuestro compañero golpeara la mano falsa o la punzara sentiríamos un intenso dolor al estar nuestro cerebro convencido de que se trata de una extensión real de nuestro cuerpo.






Las luces de Purkinje: Jan Purkinje fué uno de los fundadores de la moderna neurociencia. Desde pequeño experimentaba con las luces que se formaban cuando cerraba los ojos y se colocaba en frente del sol moviendo su mano rápidamente tapando y descubriendo la luz sucesivamente. Después de pocos segundos aparecían lo que describía como “bellas formas” que cada vez se volvían más complicadas. Posteriormente se confeccionaron visores que simulaban estos destellos lumínicos que parecían cortocircuitar la corteza visual. Estas alucinaciones se producen por la necesidad constante de sentir la realidad por lo que el cerebro se se empeña en descifrar la cacofonía de impulsos sensoriales que se producen con los destellos.





La ilusión de Pinocho: requiere dos sillas colcadas una detrás de la otra y una venda. La persona que se sienta en la silla trasera se colocará la venda y tocará la nariz de otra persona sentada en la silla delantera. Al mismo tiempo colocará su otra mano en su propia nariz y comenzará a acariciar suavemente ambas narices. Tras aproximadamente un minuto más del 50% de los individuos sienten que su nariz es extremadamente larga.


YAPA




En internet existen miles de ilusiones ópticas, pero ésta es la que más me gusta sin dudas, cuando la ví me pareció imposible que sea real, hasta que lo comprobé con mis propios ojos. Es decir, aunque te parezca imposible las casillas A y B son exactamente iguales, y del mismo color. Esto se comprueba copiando la imágen al Paint y borrando todo el dibujo menos las casillas marcadas con las letras. O la otra forma es imprimiendo la imágen (en blanco y negro ya sirve) y, después tapar todas las casillas que sobran con papeles, dejando libres sólo la A y la B. 



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