El psicólogo evolutivo Satoshi Kanazawa, de la London School de Ciencias Económicas y Políticas, correlacionó datos sobre estos comportamientos con el CI empleando muestras de una gran base de datos estadounidense, y descubrió que, de media, las personas que se identifican como liberales y ateos poseen CI más altos. Esta relación también se da en hombres (no en mujeres) con la exclusividad sexual. Los hallazgos se publicarán en la edición de Marzo 2010 de la revista Social Psychology Quarterly.Dichas diferencias en el CI, a pesar de ser significativas, no son asombrosas (entre 6 y 11 puntos porcentuales) y los datos no deberían ser usados para hacer estereotipos o conjeturas. No obstante muestran como se desarrollan ciertos patrones de identificación con algunas ideologías particulares y como podrían ser los comportamientos de algunas personas.
La posible explicación para este sesgo en la monogamia, el liberalismo y el ateismo es que todos esos comportamientos van contra todo lo que podríamos esperar como “común” en pasado evolutivo. En otras palabras, ninguno de estos rasgos pudo haber beneficiado a nuestros ancestros primigenios, pero podrían estar asociados con un nivel más alto de inteligencia.
“La adopción de algunas ideas novedosas podría evolutivamente tener cierto sentido en términos de hacer avanzar a la especie”, sostiene James Bailey, especialista en liderazgo de la Universidad George Washington y no relacionado con el estudio. “También tiene mucho sentido que la gente más inteligente – las personas con mayor capacidad de fuego intelectual – fueran los únicos que hicieran algo así”.
Blailey sostiene también que estas preferencias podrían surgir del deseo de mostrar superioridad o elitismo, lo cual también tiene que ver con el CI. De hecho, alinearse con filosofías “poco convencionales” como el liberalismo o el ateismo podría ser “una forma de comunicarle a todo el mundo que uno es muy listo”, añadió.
En cuanto a por qué la monogamia no predice un nivel más o menos alto de inteligencia en mujeres, Kanazawa cree que se debe al hecho de que este comportamiento siempre ha sido una ventaja para las mujeres, incluso hace miles de años, por lo que para ellas no se trata de una preferencia “novedosa”.
Por otro lado, para los hombres, la no promiscuidad va encontra del acervo evolutivo. Ya que nuestro objetivo biológico es el de expandir nuestros genes, por lo que los hombres primitivos solían tener varias parejas. Como una mujer permanece embarazada nueve meses, y precisa de una serie de años de cuidados para los bebés, tiene sentido que ellas buscaran un compañero regular que les proveyera de recursos.
La religión, prosigue la teoría, no necesariamente ayudaba a las personas a sobrevivir o a reproducirse, pero va en la línea de volver a las personas obsesivas, sostiene Kanazawa. Asumir por ejemplo que un ruido en la distancia es una señal de amenaza, pudo ayudar a los humanos primigenios a estar preparados en caso de peligro.
“Tener obsesiones es bueno para la vida, y como los humanos nos fuimos obsesionando más y más, nos hicimos más religiosos y comenzamos a ver la mano de Dios en todas partes”, cree Kanazawa.
Bailey cree que el ateismo hace que algunas personas puedan avanzar mentalmente y comenzar a especular sobre la vida sin la preocupación de la estructura dogmática de la religión.
“Históricamente, cualquier cosa que sea nueva y diferente puede ser visto como una amenaza en términos de creencias religiosas; casi todos los sistemas religiosos están relacionados con la permanencia”, cree Bailey.
El término liberal (la izquierda en EE.UU.) se usa en el estudio desde un punto de vista social, es decir se le relaciona con el interés que algunas personas pueden sentir por humanos con los que no están relacionado genéticamente y con las ayudas públicas que el estado les hace llegar. No tiene que ver con otros factores de debate común en la vida política estadounidense como el aborto, el control de armas o el matrimonio homosexual.
“Es más probable que los liberales se preocupen por unos totales extraños; los conservadores suelen preocuparse más por las personas con las que están asociadas”, comenta Bailey.
Dado que la gran preocupación de nuestros ancestros era la superviviencia de sus crías y de los suyos, el enfoque conservador – cuidar de aquellos más cercanos – encaja más que el liberalismo en nuestra imagen evolutiva, opina Kanazawa. “Preocuparse de personas extrañas es algo poco natural para los humanos”.
Dado que la gran preocupación de nuestros ancestros era la superviviencia de sus crías y de los suyos, el enfoque conservador – cuidar de aquellos más cercanos – encaja más que el liberalismo en nuestra imagen evolutiva, opina Kanazawa. “Preocuparse de personas extrañas es algo poco natural para los humanos”.
El estudio encontró que la media de los adolescentes encuestados que se identificaron como “muy conservadores” tenían un CI de 95, mientras que los jóvenes que decían ser “muy liberales” tenían de media un CI de 106.
Curiosamente ambos científicos, Bailey y Kanazawa, no se identifican como liberales. Bailey es conservador y Kanazawa dice ser un “gran libertario".
Este último sostiene también que el vegetarianismo, aunque no está asociado con el CI en este estudio, también ha mostrado en investigaciones anteriores estar relacionado con un CI más alto, lo cual también encaja en la idea de Bailey de que las preferencias no convencionales son más atractivas para los más inteligentes.
Nada de esto implica que la especie humana evolucione hacia un futuro donde estos rasgos sean los comunes, sostuvo Kanazawa.
“La gente más inteligente no tiene más hijos que el resto, de modo que esto no va a suceder”.
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