Dada la autonomía de la batería del iPhone, tenerlo siempre cargado se hace tan importante como respirar. Joao Paulo Lammoglia ha reflexionado mucho sobre la frase anterior y ha terminado diseñando un cargador de iPhone que funciona mediante la respiración. Con un par de turbinas y el poder de unos cuantos resoplidos, uno se puede olvidar de llevar el cargador encima y sustituirlo por ese respirador tan cool.
Pero seamos prácticos. Las turbinas girarán a una velocidad superior si estamos haciendo ejercicio o hiperventilando, así que si no quieres gastar luz y contribuir a que el mundo sea un lugar mejor, encasquétale el cargador a tu novia mientras estéis en plena apoteosis sexual. Ella lo entenderá. Además, el cargador puede ser un delator genial: si el móvil no se ha cargado cuando hayáis acabado es que tu chica está fingiendo. O está muerta. O es una muñeca hinchable, una barra de pan o un Yorkshire. Tú sabrás con quién te acuestas, que no lo va a hacer todo el iPhone.
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